Los distintos tipos de apego según los desarrollos de John Bowlby
John Bowlby desarrolló una teoría actitudinal desde la etología. La etología estudia el comportamiento comparado entre el hombre y el animal. Bowlby con su teoría explica por qué los seres humanos tienden a construir lazos fuertes, selectivos, duraderos y cómo la disrupción o amenazas de disrupción de dichos lazos pueden ocasionar dolorosas emociones, ulteriormente psicopatológicas.
La teoría del apego enuncia la propensión de los seres humanos a establecer fuertes lazos afectivos hacia otros. La conducta de apego es cualquier forma de conducta que tiene como resultado el logro o la conservación de la proximidad con otro individuo claramente identificado al que se considera mejor capacitado para enfrentarse al mundo.
El apego en la relación madre-hijo supone que si la madre está capacitada para proporcionarle a su hijo la posibilidad de desarrollar un apego seguro con respecto a ella, el niño tendrá una base segura, esto dará como resultado la seguridad que puede explorar el mundo sabiendo que tiene en su madre un lugar seguro y de contención emocional al cual volver si se siente amenazado.
Saber que la figura de apego es accesible y sensible le da a la persona un fuerte y penetrante sentimiento de seguridad y la alienta a continuar y valorar la relación.
Bowlby enuncia que la conducta de apego es obvia en la primera infancia, pero puede observarse a lo largo de toda la vida de una persona, sobre todo en situaciones de emergencia. La función biológica que se le atribuye a esta conducta es la de protección.
El desarrollo de la conducta de apego, que tiene como objetivo la conservación de la proximidad o de accesibilidad a la figura materna, exige que el niño haya desarrollado la capacidad cognitiva de conservar a su madre en la mente cuando ella no está presente; esta capacidad le permite al niño soportar la ausencia de su madre y reconocerla cuando regresa.
Se establecen según la relación de la madre con su bebé diferentes pautas de apego, estas pautas están influidas por el modo en que los padres tratan al niño:
Apego seguro: Es aquel en el que el niño confía en que sus padres serán accesibles, sensibles y colaboradores con él si se encuentra en una situación atemorizante. Teniendo esta seguridad el niño se atreve a hacer sus exploraciones del mundo.
Apego ansioso resistente: Es aquella conducta que expresa un niño inseguro de si su madre o progenitor será accesible o sensible, o si lo ayudará cuando lo necesite. Esta pauta es favorecida cuando el progenitor se muestra accesible en algunas ocasiones y en otras no, también se da por las separaciones y por las amenazas de abandono utilizadas como control.
Apego ansioso elusivo: El niño no confía en que cuando busque cuidados recibirá respuesta, sino por lo contrario espera ser desairado, así intenta volverse emocionalmente autosuficiente. Esta pauta es el resultado del constante rechazo de la madre cuando el niño se acerca a ella en busca de consuelo y protección.
El desarrollo temprano nos abre una ventana a la comprensión de muchas patologías que se encuentran hoy en día.
Es evidente la necesidad de conocer y profundizar temas relacionados con las primeras interacciones del niño con su entorno, ya que estas primeras interacciones son las que van a servir de basamento para todas las posteriores interacciones del niño con la sociedad, son las que van a determinar en el niño una particular manera de relacionarse.
A partir del estudio de estas relaciones madre- hijo se podrá establecer el curso probable de las relaciones interpersonales, ya que son estas relaciones primarias las que influyen en el curso de las futuras relaciones, el niño en este período está aprendiendo lo que ha de esperar de otro ser humano, cómo tratar con él y cómo ser a su respecto.
Es de suma importancia tener en cuenta esto, ya que es en este período del desarrollo cuando el niño va aprendiendo a estar con alguien, a comunicarse, a crear y compartir experiencias.
El tener en cuenta todas las teorizaciones sobre las relaciones tempranas, el desarrollo del niño como producto de estas relaciones y su estructuración como sujeto en el seno de toda esta trama relacional, da la posibilidad a pensar que todo profesional de la psicología, y por ende de la salud mental, no debe ser ajeno a la importancia del desarrollo de esta etapa vital del sujeto, ya que con quien nos encontramos en el análisis es con el niño mítico, reconstruido a partir de la sesión analítica.
Es de suma importancia el desarrollo de estas temáticas que se evidencian en el día a día, y en las patologías que llegan a la clínica, porque esto deja ver lo importante de las relaciones primarias y el desarrollo temprano.